10 Cosas que no sabías de Grand Central Terminal
¿Crees que las estaciones de tren son aburridas? Reconsidéralo. La Grand Central Terminal de la ciudad de Nueva York es mucho más que una estación de tren: tiene una cancha de tenis, candelabros de oro y un cielo lleno de estrellas que lo demuestran.
1. Los trenes no pasan por ella
El Almacén Grand Central fue construido en 1871, convirtiéndose en la Estación Grand Central poco después. En 1913, la ciudad de Nueva York prohibió todas las locomotoras de vapor y se pasó a los trenes eléctricos, la estación fue reabierta y se renombró como Grand Central Terminal. Como su nombre indica, se trata de la última estación y los trenes no pasan a través de ella.
2. Pero sí más de 750,000 personas
Más de 750,000 personas pasan a través de la terminal cada día. Durante los días festivos, este número suele subir a más de 1 millón. 55% de los pasajeros son hombres y un 45% mujeres y tienen una edad media de 41 años. Un impresionante 93% de ellos son graduados universitarios. En promedio, 7500 personas pasan por la esquina de la Calle 42 con la Avenida Vanderbilt cada hora, lo que la convierte en una de las intersecciones más concurridas de la ciudad de Nueva York. Además de las personas que van de casa al trabajo, 21,6 millones de turistas visitan la Terminal Grand Central cada año.
3. Es la estación más grande del mundo
La Grand Central Terminal se extiende sobre 49 acres (19,83 hectáreas), tiene 44 andenes y 67 vías distribuidos en dos niveles. Es la estación más grande del mundo en número de andenes y área ocupada.
4. Tiene una cámara de los susurros
En el área de comida, cerca del famoso Oyster Bar, se encuentra la legendaria cámara de los susurros: en la entrada abovedada puedes susurrar palabras de amor en una esquina y quien se encuentre en la esquina opuesta puede oírlo todo alto y claro.
5. El techo está al revés
El techo del vestíbulo principal presenta un hermoso mural estelar del cielo invernal mediterráneo, con 2500 estrellas. Sin embargo, la mayor parte de la pintura está en realidad al revés, y no representa el cielo tal y como lo vemos cuando miramos hacia arriba. En lugar de eso lo muestra, como era tradición en la época medieval, desde el punto de vista de Dios. Este contratiempo puede atribuirse a una confusión con los bocetos y se observó poco después de estar abierta la terminal, pero el mural nunca se corrigió.
6. Tiene 10 elegantes candelabros
Los diez candelabros del vestíbulo principal de la Grand Central Terminal están decoradas con oro y cada una tiene 110 bombillas. (¡Sofisticado!).
7. Está tapizada con bellotas y hojas de roble
En la Grand Central Terminal encontrarás bellotas y hojas de roble en la parte superior de los relojes, talladas en la piedra y grabadas en las lámparas. La bellota es el símbolo de la familia Vanderbilt, que construyó el almacén Grand Central. Fue el edificio más grande de la ciudad de Nueva York en aquel momento y el monumento perfecto para simbolizar a los Vanderbilt.
8. Los relojes son extremadamente valiosos
En el exterior del edificio, con vistas a la calle 42, está el reloj de cristal Tiffany más grande del mundo, con 3,96 de diámetro. Dentro del vestíbulo principal, justo al lado del icónico puesto de información, hay otro famoso reloj: sus cuatro esferas son de ópalo y, según Sotheby’s y Christie’s, tiene un valor de más de 10 millones de dólares. Por último, pero no por ello menos importante, todos los relojes (y por lo tanto los horarios de salida) de la Terminal Grand Central están adelantados exactamente un minuto, para dar a todos los pasajeros 60 segundos adicionales para llegar a su tren.
9. La mejor oficina de objetos perdidos
La oficina de objetos perdidos de transporte de la ciudad de Nueva York en la Grand Central Terminal recoge y cataloga más de 50 mil artículos cada año y devuelve alrededor del 60%, lo que la convierte en la oficina de objetos perdidos más eficaz de los Estados Unidos. Lo que más encuentran son: carteras, lentes o teléfonos, pero también les han llegado artículos más inusuales, como un conejo, una pierna ortopédica, una defensa de carro y una tuba.
10. También hay una cancha de tennis
En la Grand Central Terminal también puedes jugar un partido de tenis mientras esperas tu tren. El Club de Tenis Vanderbilt está escondido en el cuarto piso y está abierto al público, o a cualquiera que esté dispuesto a pagar entre 90 y 260 dólares por hora, dependiendo de la hora del día y del día de la semana.