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Cómo comer como los franceses

Cómo comer como los franceses

Los franceses ciertamente saben cocinar, pero también saben comer. En Francia, la buena comida se toma muy en serio: las comidas se preparan con ingredientes de temporada y se disfrutan sin prisas.

¿Estás pensando en hacer un curso en Francia? Aquí tienes nuestros consejos para aprovechar al máximo la excelente escena culinaria del país y comer como los franceses mientras estés allí. No se trata solo de baguettes y croissants (aunque, seamos honestos, van a tener un papel importante). Vamos a sumergirnos en los detalles de cómo comer como los franceses.

Desayuno

Los días en Francia suelen comenzar de forma dulce, ligera y con cafeína. Hablamos de pan untado con mantequilla y mermelada, brioche o pasteles frescos como el icónico pain au chocolat o el croissant, acompañados de zumo de fruta natural. El café es imprescindible — preparado en una cafetière (o prensa francesa).

Si tienes más tiempo en casa, los huevos al horno son una opción popular. Simplemente mezcla huevos con crema y queso, añade algunas hierbas por encima y hornea en un ramekin para obtener un desayuno suave, salado y rico en proteínas.

Mantenerse siempre con cafeína

En cuanto al café diario, hay un horario que seguir. Por la mañana, normalmente se toma con leche (café au lait), y por la tarde o después de una comida, los franceses prefieren un espresso negro y fuerte (un café).

Baguette

La humilde baguette es un elemento básico en la dieta francesa. Esta delgada barra, de aproximadamente un metro de largo, debe elaborarse en el mismo lugar en la boulangerie (panadería) y se usa prácticamente para todo. Sirve como base para bocadillos, como acompañamiento de sopas, quesos o ensaladas, y está presente en todas las mesas de desayuno. Por suerte, están disponibles en muchas panaderías alrededor del mundo. Asegúrate de comprar dos — necesitarás la segunda antes de darte cuenta. Y no las cortes con cuchillo: la forma auténticamente francesa de disfrutar una baguette es arrancándola en trozos con las manos.

Crêpes

Estas deliciosas y finas crepas dobladas son algo que debes probar mientras estés en Francia. Las crêpes son maravillosamente versátiles: los rellenos dulces más populares incluyen plátano, Nutella o una combinación de jugo de limón y azúcar. Por otro lado, las versiones saladas pueden llevar queso, jamón y huevo. En las ciudades más grandes, nunca estarás lejos de una crêperie, aunque también son fáciles de preparar en casa.

Qué esperar: el formato de una comida principal francesa

Algunas comidas en Francia tienen ¡hasta siete platos!, pero lo más habitual es que tengas solo tres. Primero viene el hors d'œuvre o entrée, que es un pequeño plato o una sopa para abrir el apetito. El plato principal, llamado plat principal, puede ser carne o marisco acompañado de verduras frescas, o un guiso contundente como el boeuf bourguignon.

La gran decisión: ¿postre o queso?

El tercer plato puede tomar dos formas muy sabrosas: un postre dulce o una tabla de quesos. Si eres amante de lo dulce, estás en buenas manos, ya que los franceses dominan el arte del postre. Prueba la crème brûlée, una suave crema de vainilla con una capa de azúcar caramelizado, o la tarte tatin, una tarta de frutas horneada al revés y luego volteada para revelar una espiral de rodajas de manzana o pera fresca. Si prefieres algo salado, opta por una tabla de quesos: desde quesos azules con olor intenso hasta ruedas de camembert cremoso, el fromage es otro tipo de alimento por el que Francia es, con razón, famosa.

¿A qué hora se come?

Tu comida principal del día no tiene por qué ser la cena. En Francia, es igual de común hacer la comida más completa —de tres platos— al mediodía (sobre la 1 p. m.) y una cena más ligera por la noche (a partir de las 8 p. m.).

Bebidas antes o después de la comida

A los franceses les encanta tomar una copita antes y después de las comidas, ya sea para abrir el apetito o para ayudar con la digestión —aunque no haya evidencia científica que lo respalde. Un apéritif, o apéro (de forma coloquial), es una bebida alcohólica ligera que se sirve antes de comer — el pastis es un clásico. En cambio, el digestif se toma al final y suele ser un vino fortificado, un licor o un brandy.

Probar la cocina regional es imprescindible

La Francia metropolitana continental está dividida en 13 regiones. La punta más al norte, cerca de Bélgica y el Canal de la Mancha, tiene un clima muy distinto al de la costa sur, que limita con el mar Mediterráneo. Cada una de estas regiones presume de tener una identidad culinaria propia.

Burdeos y Borgoña son conocidas por sus vinos y quesos, mientras que el sureste de Francia es el hogar de las papas dauphinois (una delicia cremosa y reconfortante). Provenza y la Costa Azul, en el sur, tienen un aire mediterráneo con sabores a base de aceitunas y cítricos, mientras que en Normandía y Bretaña los amantes del marisco quedarán encantados con los mejillones y pescados frescos.

La ciudad de París alberga más de 9,000 restaurantes, incluidos más de 100 con estrellas Michelin, lo que te ofrece muchas oportunidades para disfrutar de una gastronomía de primer nivel. Además, la capital es una ciudad cosmopolita y vibrante, así que también podrás encontrar platos de todas partes del mundo.

¡Buen provecho!

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