10 cosas que deberías saber antes de vivir en Santa Bárbara
Con 300 días de sol, un entorno natural magnífico y la costa del Pacífico a la vuelta de la esquina, no es de extrañar que llamen a Santa Bárbara la Riviera estadounidense. Pocos turistas visitan este hermoso lugar sin sentir las ganas de quedarse para siempre. ¿Tienes pensado vivir allí? Aquí tienes diez cosas que deberías saber antes de vivir en Santa Bárbara.
Ambiente de ciudad pequeña
En cuanto llegues verás que Santa Bárbara no es una gran ciudad. Tiene una gran densidad de población para su tamaño, lo que da sensación de amplitud y un fuerte sentimiento de comunidad que impregna las calles. La amabilidad se extiende a los perros de los lugareños: no es raro que los dueños de las tiendas saquen tazones de agua para que beban los perros que dan su paseo diario.
No es una ciudad fiestera
El ambiente de ciudad pequeña conlleva una oferta de ocio tranquila de galerías, boutiques, salas culturales, restaurantes y cafés. Eso forma parte del encanto de Santa Bárbara, pero si de repente te apetece ir a un centro comercial o de fiesta toda la noche, probablemente sea el momento de hacer un pequeño viaje por carretera a Los Ángeles o San Francisco.
La 101
Hablando de viajar hacia y desde Santa Bárbara, solo hay una manera fácil de hacerlo: la carretera 101, más frecuentemente conocida como la 101. Esta es la ruta que atraviesa la ciudad y comunica Santa Bárbara con Las Vegas, Los Ángeles, San Francisco y San Diego. ¿A alguien le apetece un viaje de carretera?
Naturalmente hermosa
El equilibrio que hay entre la naturaleza y el urbanismo en Santa Bárbara es perfecto. Al estar situada entre el mar y la base de las montañas de Santa Ynez, la ciudad no puede desarrollarse descontroladamente. Los lugareños aprovechan los fines de semana y las tardes para salir de la ciudad, hacer rutas en bicicleta y senderismo en las montañas cercanas.
El surf
Las mareas suaves y las temperaturas moderadas del mar favorecen la cultura surfista del condado de Santa Bárbara. Agarra tu tabla y dirígete a las mejores olas rompientes de la región; los principiantes pueden ir a Leadbetter Point y Campus Point, mientras que los surfistas más experimentados encontrarán retos a su altura en Sandspit y El Capitan.
Coste de la vida
Aunque es una ciudad preciosa, Santa Bárbara no es un lugar en el que se pueda ahorrar. El precio del alquiler puede desequilibrar el presupuesto mensual. No obstante, todo lo que se dice sobre la personalidad de los lugareños de Santa Bárbara es cierto: cuando estés allí, harás algunas de las mejores amistades de tu vida.
Arquitectura distintiva
La arquitectura neocolonial española, que recupera los días coloniales españoles y mexicanos, es una de las características distintivas de Santa Bárbara. Para conservar la estética y el sentimiento de la ciudad, todos los proyectos arquitectónicos deben pasar por la Architectural Board of Review. Por lo tanto, aunque el proceso para obtener permisos es bastante lento, los habitantes pueden disfrutar de una ciudad en la que no se ven las impersonales construcciones que se hacen en serie en otras ciudades de Estados Unidos.
Ten cuidado con el agua
California es un estado propenso a la sequía y Santa Bárbara no es una excepción. Cuando estés allí, procura no gastar demasiada agua. Cuando cocines verdura, deja que se enfríe el agua de la cocción y úsala para regar las plantas, cierra el grifo del agua mientras te cepillas los dientes, llena del todo la lavadora y no uses toda la carga de la cisterna (¡tampoco es que sea necesario!) Esto es especialmente importante durante los meses de verano, cuando el clima es muy seco y es muy fácil que se produzcan incendios forestales.
Tierra de vinos
La región vinícola de Santa Bárbara se hizo famosa por la película Entre copas, y sigue llevando esa corona con orgullo hoy en día. El valle tiene las condiciones perfectas para las variedades de uva de climas más frescos, como Chardonnay, Pinot Noir y Sauvignon Blanc. Con bodegas a 30 minutos de la ciudad y lugares de degustación en el centro urbano, la apreciación del vino es un auténtico pasatiempo en la Riviera estadounidense.
No toques los aguacates
En el momento en el que los aguacates se introdujeron desde México en 1871, los californianos viven enamorados de esta deliciosa fruta (sí, es una fruta). Aunque debes recordar que los que veas creciendo felizmente en los árboles no están a disposición del público. (En serio, a algunas personas las han llegado a culpar de un delito mayor por robar aguacates… aunque por robar miles de dólares en aguacates). ¿Lo mejor que puedes hacer? Ignorar los árboles y mirar hacia el suelo: si ves un aguacate que se haya caído por causas naturales, puedes recogerlo.