La razon por la que debes vivir en el extranjero al menos una vez
Las oportunidades que conllevan los viajes son magníficas, se viven nuevas y divertidas experiencias, la gente que se llega a conocer es inspiradora, y es posible que incluso se acabe avanzando en la carrera profesional. Hay muchas buenas razones para hacer el equipaje y trasladarse al extranjero en algún momento de la vida.
Pero la razón más importante por la que todo el mundo debería vivir en el extranjero al menos una vez es más simple y mucho cercana. Según un estudio reciente, no sabrás quién eres realmente hasta que hayas vivido en el extranjero. Por eso te presentamos las mejores razones por la que tienes que viajar para aprender:
Logras conocerte mejor a ti mismo
Aventurarse a vivir a un país extranjero implica una enorme curva de aprendizaje, y no solamente de la manera que te imaginas. Sí, tendrás que familiarizarte con el transporte local, enterarte de que los supermercados no abren a ciertos horarios justo cuando más los necesitas y, lo que es más importante, aprender un nuevo idioma. Pero enfrentarte a estos obstáculos te ayudará también a conocerte mejor.
¿Eres una persona decidida, tímida, introvertida o extrovertida? ¿Te subes audazmente al primer autobús que llega para ver adónde te lleva o pides ayuda a alguien de la zona? ¿Haces amigos sin esforzarte o tienes que fingir que no te asusta conocer gente nueva? Solo hay una manera de averiguarlo.
Cambia tu perspectiva sobre otras culturas
Imagínate esto: llegas al tren/metro y el andén está lleno de gente; pero en lugar de ser un sálvese quien pueda, te encuentras con una cola ordenada. No tienes más remedio que hacer lo que hacen los demás y formarte, resulta que todos pudieron entrar al vagón sin necesidad de empujones y empiezas a desear que así fuera en tu país, ya estás cuestionando las normas culturales de tu antigua vida. Estás aprendiendo a pensar por ti mismo.
Las investigaciones demuestran que, al comparar las dos culturas, tú te conviertes en una persona más reflexiva, crítica y receptiva. Cuanto más tiempo pases en tu nuevo entorno en el extranjero, más asimilas. Poco a poco te integras más entre los locales. Pronto empezarás a elegir los aspectos de la vida y las formas de pensar que más te gusten de ambas culturas, y formarás tus propias opiniones; únicas y distintivas.
Tus valores puede empezar a cambiar
Las cosas materiales que antes tanto valorabas y no pudiste llevarte contigo te parecen menos importantes cuando te das cuenta de que puedes vivir sin ellas. Aprendes el verdadero hogar está donde está el corazón.
Lo mismo sucede con las relaciones. Cuando te vas a vivir a otro lugar, se hace más difícil mantener el contacto con las personas que forman parte de tu vida, y pronto verás por quién vale la pena hacer el esfuerzo ¡y quién hace el esfuerzo! Puede que algunas amistades se enfríen, pero otras se harán más profundas: la calidad vence a la cantidad.
Además, también sabrás que no importa cuánto tiempo estés fuera, siempre tendrás tu casa y las comodidades familiares a un corto viaje (o tal vez a un vuelo de larga distancia).
Y eso te ayuda a resolver cosas
Otra de las ventajas de conocerse a uno mismo es que se sabe lo que se espera de la carrera profesional. Pronto sabrás cuáles son tus fortalezas, debilidades, tus prioridades en la vida y las características que tendría el trabajo de tus sueños. Vivir en el extranjero y aprender otro idioma complementará tu currículum con experiencias que son muy demandadas por los empleadores y les harán saber que eres una persona segura de sí misma, confiada y con experiencias diversas a sus espaldas.
Conocerse a uno mismo también da la seguridad de saber que en el futuro se tendrá la capacidad de hacer frente a los problemas. Cuando hayas tenido que ingeniártelas para pagar las facturas y desarrollar un trabajo o estudios en el extranjero, contarás con unas destrezas más esenciales y sólidas que si te hubieras quedado en casa en un entorno con el que ya estás familiarizado. Básicamente, te habrás preparado para la vida.