Los 5 mejores mercados navideños – Parte 2
La temporada de Navidad se acerca y, como dice la famosa canción de Andy Williams, «es la época más maravillosa del año». Cosas con sabor a canela, gente que te desea «felices fiestas» y, por supuesto, las compras. La búsqueda de regalos para tus seres queridos es todavía mejor si la haces entre luces centelleantes, olor a reconfortante vino caliente, música en directo y degustaciones gratuitas de dulces. Después de mi primera lista de los cinco mercados navideños europeos favoritos, me di cuenta de que todavía había mercadillos de Navidad fantásticos por visitar. Tras unos cuantos viajes y algunas recomendaciones de amigos y familiares, a continuación te presento otros 5 mercados navideños:
1. Bruselas, Bélgica
Si por casualidad te encuentras en Bruselas del 24 de noviembre al 31 de diciembre, ¡estás de suerte! Visita el centro de Bruselas a disfrutar del pueblo de invierno o «Winter Pop», como llaman a las cinco semanas de diversión festiva de la ciudad. Hay un tramo de dos kilómetros de puestos con forma de chalet cubiertos de nieve, bares que sirven vino caliente e infinidad de lugares para disfrutar de las delicias belgas más famosas, los gofres. También hay una pista de patinaje sobre hielo, un gran árbol de Navidad y un espectáculo mágico de luces y sonido. Para disfrutar de una vista panorámica del mercadillo te recomiendo subir a la rueda de la fortuna.
2. París, Francia
Ah oui, la Ciudad del Amor. Pero en diciembre, también se le conoce como la «Ciudad para amar las fiestas navideñas», o así es como yo la llamo. Saborea la región oriental francesa de Alsacia en el Gare de l’Est bebiendo vino y comiendo chucrut, salchichas y tarta flameada. Si conoces la cocina alemana, notarás similitudes entre estos platos y el chucrut, el wurst y el flammkuchen alemanes, ya que son una herencia de la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Buscas algo más tradicionalmente «francés»? Ve a Montmartre para ver los puestos cubiertos de nieve y dar unas vueltas en el carrusel. Y aunque no puedas ver al famoso jorobado de Notre-Dame, encontrarás muchos artículos artesanales en la Plaza Rene Viviani, cerca de la Catedral de Notre-Dame. Y como en Francia todo gira en torno a la gastronomía, no dejes de probar el foie gras, los embutidos, los macaroons y las nueces.
3. Helsinki, Finlandia
Finlandia es mucho más que saunas. También tienen mercadillos navideños fantásticos. Solo en Helsinki, hay aproximadamente 140 cabañas llenas de artículos de regalo exclusivos. Como soy una apasionada de la gastronomía, recomiendo encarecidamente probar: Piparkakku (galletas de jengibre), omenaloersty (donas de manzana), korvapuusti (rollos de canela) y puolukkapiirakka (pastel de arándanos). ¿Se nota mucho que me gusta el dulce? También hay un precioso y antiguo carrusel en el centro del mercado que da el toque para el ambiente festivo perfecto. Es un evento maravilloso, aunque debes tener en cuenta que el mercadillo solo está abierto del 15 al 22 de diciembre.
4. Berlín, Alemania
Los mercadillos navideños de Alemania se llevan el premio. Y aunque hay – literalmente – cientos de mercados fantásticos para elegir, algunos de los mercados más grandes y más importantes se encuentran en la capital alemana. Como Berlín es enorme, hay mercados de Navidad en prácticamente todos los rincones de la ciudad. Si empiezas por el Weihnachtszauber Gendarmenmarkt, te unirás a las más de 600 000 personas que visitan este laberinto de artículos artesanales únicos y puestos de comida deliciosas, como leche con chocolate blanco, manzanas fritas y quesos especiales de varios lugares del mundo. ¿Quieres conocer el mejor y más práctico mercado de Navidad en Alemania? Pasea por Alexanderplatz, donde encontrarás no uno, sino tres mercados a poca distancia a pie desde la estación de tren, llenos de puestos de vino caliente y carruseles de sillas voladoras.
5. Budapest, Hungría
Desde el 24 de noviembre hasta el 1 de enero, puedes sentir el espíritu navideño en el Festival de Adviento de la basílica. Todas las tardes, la impresionante fachada de la basílica se ilumina con un espectáculo de luz en 3D mientras los visitantes recorren los más de 80 puestos de la plaza de la basílica y la calle Zrínyi. En ellos se pueden encontrar manjares calientes y dulces, incluido el flodni: el delicioso pastel húngaro con relleno de nueces, manzanas, semillas de amapola y un montón de canela.