Por qué aprender japonés: 4 razones para aceptar el reto
Japón es un país sorprendente, llamativo y lleno de contrastes fascinantes, mezclado con ciudades ultra modernas y tecnología con tradiciones ancestrales. Y aunque Japón es un país mágico para visitar, el ambiente vibrante y diferente al que llegas puede aturdirte. Si quieres entender realmente este país y apreciar la belleza del estilo de vida japonés, es esencial conocer el idioma.
Aquí te decimos por qué aprender japonés es una gran idea:
Un poco hace mucho
Aprender japonés no es fácil, principalmente porque es un sistema de escritura que combina pictogramas llamados kanji tomados del chino, solo cambiando dos formas de escribir. Sin embargo, la gramática básica es bastante sencilla, las reglas de pronunciación son regulares y dominar el alfabeto japonés es más fácil de lo que crees y te llevará bastante lejos. Aunque no entenderás todo lo escrito en kanji, serás capaz de identificar la palabra sushi en un menú o identificar tu parada de tren en un mapa. Serás capaz de entender tu entorno, un ejemplo es la bella ciudad de Kyoto, cuyas calles están planeadas como una retícula. Tan pronto como sepas contar hasta el 10 te darás cuenta de que algunas de las calles que cruzan la ciudad en realidad ¡están numeradas! Utilizando romanizaciones en Google Maps jamás te darías cuenta, ahora será imposible que te pierdas. Todo esto lo puedes lograr pasando el verano en Japón.
Escala y peso
En los años 70s y 80s, el crecimiento económico meteórico de Japón y su reputación en innovación tecnológica, lo hacen el destino perfecto para crecer en tu carrera. Ahora, el país conocido por un desarrollo económico imparable e influencia política es China. Todos hemos escuchado que el mandarín es el idioma del futuro, pero no olvides que Japón continúa consolidado como la tercera economía global y es uno de los lugares con mayor innovación tecnológica en el mundo.
Además de esto, hay más de 125 millones de personas que hablan japonés, así que nunca te quedarás sin personas con las que practicar.
Modernidad, tradición y una forma poética de ver la vida.
Los japoneses son conocidos por su tecnología, desde los trenes bala, las mecedoras para bebé automáticas hasta cervezas que se sirven solas, hasta cintas automáticas que te llevan tu orden de sushi en segundos. Mientras desarrollan la última tecnología, Japón mantiene una firma conexión con sus raíces; celebran los cerezos en primavera y las montañas tornándose rojas con los colores de otoño (y filosofando sobre la trascendencia de ambos); observa los festivales antiguos y los rituales religiosos con sinceridad y regocijo, disfrutando de la esencia japonesa en la variedad de experiencias que esta nación tiene que ofrecer.
La naturaleza única y poética del japonés hacen que todo valga la pena. No se puede pensar en otro idioma con tantos matices y sutileza con tan poco, hay muchas palabras que no tienen traducción a otros idiomas.
Un buen reto
Los retos de ahondar en el japonés son bastante beneficiosos, al exponerte a diferentes formas de pensar y comunicarse. El japonés depende del contexto en el que se está usando. Cuando hablas francés debes tener cuidado con la forma vous-, si hablas alemán con sie/du, dependiendo de la persona con la que estás hablando, al contrario de los angloparlantes que usan solamente you. En el japonés es lo mismo, pero con una gran variedad de formas: simple vs. formal, coloquial vs. formal y otras formas del idioma dependiendo del contexto de tu conversación. Por suerte, se les da mucho crédito a los extranjeros por su esfuerzo y en, la mayoría de los casos, se perdonan los errores.
Tal vez el reto más obvio de todos es la cantidad de kanji que se tiene que aprender para realmente obtener la fluidez. Es sorprendente que para leer el periódico necesitas memorizar “tan solo” 2000. No hay forma de negar que toma tiempo, y algunos disfrutan aprender de la lógica y el orden de recrear estos intrincados caracteres más que otros, pero vale la pena porque el idioma es interesante y rico en formas.